miércoles, 8 de abril de 2009

RESPONSABILIDADES DEL CORRECTOR DE ESTILO


El manuscrito que un autor entrega a un editor nunca viene listo para imprimirse siempre existen errores ortográficos o de estilo dentro de el. Aunque el editor es el primero en revisar el manuscrito, el trabajo profesional y exhaustivo lo tiene el corrector de estilo. Éste se encarga de arreglar y retocar el trabajo literario del autor.

Entre las tareas que este personaje desarrolla se encuentran la revisión de:
-Legibilidad: el texto debe ser entendible y claro para todo el público.
-Unificación: procura que las ideas estén bien redactadas a través de un correcto uso de puntuación, ortografía, abreviaciones, traducciones, sinónimos y antónimos.
- Veracidad: checa que toda la información que se encuentra en el texto sea creíble y verifica que todos los datos sean correctos.
-Propiedad y legalidad: revisa que toda la parte jurídica sea respetada.
-Producción: se encarga de algunos aspectos de impresión como el estilo y tamaño de la letra en que se va a imprimir, entre otras cosas.

El corrector de estilo debe arreglar los imperfectos sin alterar las ideas del autor, por eso es necesario que ambos trabajen juntos y exista una relación de confianza entre ambos. El corrector debe tener un mayor cuidado con los manuscritos que son traducidos de otro idioma ya que si no se tiene un conocimiento basto del lenguaje el estilo narrativo y las ideas originales pueden modificarse.

Hay veces que los autores no aceptan los cambios del corrector de estilo con agrado, sin embargo, éste es necesario porque el autor después de tanto leer su texto y de apreciarlo hay veces que no logra identificar errores evidentes.

Entre las herramientas que el corrector utiliza se encuentran los diccionarios, enciclopedias y libros de estilo que algunas veces son hechos por la misma editorial. Sin embargo también existen correctores especializados que tienen un mayor conocimiento sobre algún tópico especial como leyes, economía, literatura, etc.

Es muy raro que las editoriales tengan correctores de estilo de cabecera y si los tienen son 1 ó 2. En su mayoría trabajan con free-lance. Éstos trabajan independientemente y son contratados eventualmente por las editoriales con una tarifa establecida.

Datus C. Smith: “5. Corrección del manuscrito”, en: Guía para la publicación de libros, UdeG/ASEDIES-México, 1991.

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